Brumas de invierno - Última salida de campo 2024
¡Hola, bicher@s!
En nuestra última salida de campo, el 25 de octubre, el frío se hizo notar: ¡llegamos a -2ºC en Murias de Paredes! Como es lógico, a estas temperaturas, la actividad de anfibios fue mínima. Ante estas condiciones, muchos de estos animales comienzan a entrar en brumación para pasar los meses de invierno. Así que, después de esta experiencia, hemos decidido pausar temporalmente nuestras actividades de #SobreLaPiel y retomarlas en primavera, cuando las temperaturas empiecen a subir y estos animales vuelvan a estar activos.
¿Qué es la brumación?
La brumación es un estado de letargo en el que caen los animales de sangre fría o ectotermos, como los anfibios y reptiles, para sobrevivir durante las épocas de frío. A diferencia de la hibernación que conocemos en los animales de sangre caliente (endotermos), como los osos, la brumación depende en gran medida de la temperatura ambiental. Cuando las temperaturas bajan, el metabolismo de estos animales se ralentiza drásticamente, casi al punto de detenerse, permitiéndoles ahorrar energía. Su ritmo cardíaco y respiración caen al mínimo, y apenas realizan actividad alguna.
Aunque la brumación y la hibernación son términos que a menudo se usan de manera intercambiable, existen diferencias clave:
- Temperatura corporal: Los animales de sangre caliente, como los mamíferos que hibernan, pueden mantener su temperatura estable durante el invierno, aunque su metabolismo baje. En cambio, los reptiles y anfibios no tienen esta capacidad y dependen totalmente del entorno: su cuerpo adopta la temperatura exterior.
- Interrupciones del letargo: La brumación, a diferencia de la hibernación, puede interrumpirse si la temperatura ambiente sube. Así que, si hay unos días de sol, es común ver a lagartijas y culebras soleándose brevemente antes de volver a brumar cuando el frío retorna. Los mamíferos en hibernación, en cambio, no suelen despertarse durante el invierno, independientemente de las fluctuaciones leves en la temperatura; de hecho, si lo hacen, es muy posible que no puedan retomar el estado de hibernación, con las consecuencias que esto puede tener para su supervivencia.
Desencadenantes de la brumación
El descenso de temperaturas es el principal agente detonante de la brumación, pero no es el único. También influyen:
- Fotoperiodo: La reducción en las horas de luz activa cambios hormonales en los anfibios y reptiles, que les indican que se aproximan las condiciones frías y que deben prepararse para la inactividad.
- Humedad: Los anfibios, en particular, responden a la disminución de la humedad en el ambiente. En épocas de sequía, se entierran en el lodo o buscan refugio en zonas húmedas para brumar, permaneciendo allí hasta que las lluvias regresan.
¿Por qué necesitan la brumación?
La brumación no solo les permite sobrevivir, sino que es esencial para su ciclo de reproducción. Durante este tiempo de letargo, se inician los procesos que desencadenarán su actividad reproductiva en primavera. Este periodo de descanso invernal les permite también recuperarse y evitar condiciones adversas que reducirían sus posibilidades de supervivencia. Así que, aunque nos despedimos temporalmente de ellos, ¡volverán en unos meses con las pilas tan recargadas como nosotros!
Por nuestra parte, estamos impacientes por regresar al campo y continuar registrando cada nuevo hallazgo. Y, por supuesto, ¡acompañados de vosotros! Compartid vuestras fotos y descubrimientos con @omanayluna y el hashtag #SobreLaPiel.
¡Hasta pronto bicher@s!